Hoy desperté con la triste noticia de la partida de nuestro querido amigo Victorio Sánchez. De inmediato vinieron a mi mente las visitas, las conversaciones interminables, los planes que quedaron en el aire, los amigos en común, la música, su programa… y ese libro suyo que aún no he leído, pero que ahora siento la obligación y el honor de hacerlo.
Conocí a Victorio alrededor de 2010, y desde entonces nos abrió las puertas de su espacio con una generosidad única. Nos recibió en su programa, empezó a difundir nuestra música y siempre lo hizo con el buen humor y la calidez que lo caracterizaban, haciéndonos sentir como en casa.
Cada vez que lanzaba un nuevo tema, ahí estaba él, dispuesto a presentarlo en “La hora de la salsa” por RPC Radio, domingo tras domingo. Ya fuera con mi orquesta o con cualquier artista del género, Victorio siempre tenía un espacio y una palabra de apoyo.
Cuando estrenamos “Testamento”, tema que compuse para la Orquesta Yaré, lo invitamos junto a otros colegas para escuchar la obra por primera vez. La reacción fue de asombro general, y como siempre hay que estar preparados, grabamos la sesión. Varias de esas imágenes quedaron inmortalizadas en el video oficial, dejando testimonio de ese momento irrepetible y del cariño que siempre nos brindó.
Hoy se va una voz importante de la salsa en Panamá, pero también un amigo noble, apasionado y auténtico. Su legado queda en la música, en la radio y en todos los que tuvimos la dicha de compartir con él.
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